De "pibe chorro" a poeta; de César González a Camilo Blajaquis; de la revista Todo Piola, en prisión, a este, su primer libro de poesía, en libertad. Camilo o Cesar posee un potencial talento artístico que se manifiesta en una precoz relación lúdica, erótica y sobre todo apasionada con el lenguaje. "Escribir allí adentro no era una metáfora de la libertad. Era moverme sin salir de la celda. No experimenté ningún poder de la imaginación; las ideas no abrían los candados, mis ilusiones literarias no hacían que la requisa nos dejara de pegar. Escribía y seguía adentro de una celda; las rejas seguían igual de duras. No fui libre por la literatura, todo lo contrario, mientras más leía más consciente era del juego perverso de este sistema asesino."