La decadencia de Cataluña abarca 17 años de historia, un total de 46 textos que definen el presente de este país que ahora es el mío porque yo lo decidí un privilegio del que no gozan la mayoría de los autóctonos, obligados a vivir allí donde los parió su madre, les guste o no. De ahí el orgullo de charnego, expresión utilizada para quien vino a trabajar en Cataluña. En mi caso no tiene el más mínimo sentido lo de sentirse integrado en la sociedad donde vive, cosa que tampoco me ocurriría en París, Roma o Lisboa, porque no aspiro a ser charnego agradecido. Ni ellos me regalan nada, ni yo les bendigo por su benevolencia. Cada cual cumple con su trabajo y su responsabilidad como ciudadano. Punto.