«623 gramos. Devuelvo las cenizas a la urna. La cierro y respiro hondo. Calculo. 2 quilos y 760 gramos menos que al nacer. Con los ojos abiertos enseguida. Muy abiertos. Una mirada lo bastante conmovedora para que se me hiciera un nudo en la garganta.» Tras la muerte de su hija, el narrador de El úl...