A pesar de no ser la primera vez que un escritor aborda el espinoso asunto de la conquista americana, el autor ha conseguido crear un originalísismo relato en el que se ciñe al periodo de tiempo en el que se produce la tremenda colisión cultural entre los dos mundos. Hablan los españoles en un elaborado castellano que nos sumerge en la mentalidad de aquellos hombres; pero también lo hacen los indígenas, mostrándonos la concepción mágica del mundo que tenían. Destaca sobre todo la inteligencia con la va fluyendo la historia, cómo resuelve las situaciones que se plantearon, mostrándonos las ambiciones, afectos, debilidades y fortalezas de sus actores. Narrada como lo que realmente fue, una prodigiosa aventura plagada de peripecias e ingenio, puede llegar a parecer una historia inventada por el colorido que en todo momento mantiene, la multitud de personajes que intervienen y las increíbles hazañas que tuvieron lugar. Sin embargo, se percibe que tras el ligero fluir de la narración existe una sólida documentación que le otorga rigor, lo cual no es obstáculo para que el autor se tome cuantas licencias se le antojen para rellenar los huecos que la Historia nos dejó. Es lo primero que nos advierte: que lo que nos parecerá más factible se lo ha inventado, mientras que lo más increíble sucedió realmente. En ese aspecto me ha recordado mucho a Robert Graves y sus novelas sobre emperadores romanos. En resumen: una gozada de libro para los interesados en aquellos episodios y una maravillosa obra para los amantes de los juegos de tronos y similares.
hace 6 años