58 segundos son los que transcurren en este texto teatral. Un móvil graba cómo, una madrugada veraniega en el parque bilbaíno de Doña Casilda, Jon y Xabier se lían. Menos de un minuto donde rechazo y odio, con una buena dosis de prejuicios, se cruzan recordándonos otros momentos reales del pasado que Rey desnudo y chico muerto de Iñigo Cobo describe. Un emperador adolescente en la Roma clásica, un futuro rey enamorado en la antigua Prusia o un joven turista seropositivo en el Japón de los ochenta también experimentaron cómo sexo y acoso se hacían virales, en contextos sin tecnología. Comprendiendo aquello que nos es lejano podemos apreciar el camino facilitado por anteriores generaciones, alimentar la aceptación progresiva de la diversidad o sostener la lucha actual contra los estigmas. Es una invitación para abrazar el presente como parte del pasado y como construcción del futuro.58 segundos de unión entre personas anónimas y personajes históricos que ponen a prueba nuestra empatía.