Obra de teatro que inspiró la archiconocida película de Audrey Hepburn, My fair lady

Excelente relato que no muestra las excentricidades de los ingleses victorianos. Fascinante obra de recomendable lectura. Un clásico maravilloso e imprescindible.

Me habian recomendado a shaw, gustandome otros irlandeses como joyce y wilde. la obra me enamoro realmente cuando liza una mujer pobre da una razón para que su enamorado higgins, le ofrezca amigablemente la etiqueta a la que no tiene acceso en vida. hay momentos malucos pero me gusta el final feliz.

Me ha resultado una obra muy divertida y entretenida. La obra es una versión moderna y alternativa, del mito del Rey Pigmalión y su estatua de la mujer perfecta, Galatea, de la cual se enamora. Me ha sido muy grata la lectura de este libro, tanto es así que me ha apenado la escasez de volumen de éste, algo comprensible, por otra parte, si se trata de una obra teatral y que busca ser representada. Cabe destacar el final que tiene la obra, nada convencional y que según creo dejará con muchas inquietudes sobre el porqué del proceder de los personajes. Apuntándose así otro logro para el autor pues, si no me equivoco ,era ésto lo que deseaba provocar.

La verdad es que la obra resulta menos graciosa de lo que yo creía que iba a ser. Me explico: había visto "My fair lady", y creía que la cosa iba por ahí, pero no resulta así. La obra es divertida, pero más bien desde el punto de vista irónico, no desde el punto de vista de las carcajadas. Resultan un poco extraños los largos comentarios y acotaciones del autor, para tratarse de una obra teatral, pero la conclusión final ( y el final en sí ) me han gustado, por lo verídico.