Una novela cortísima que califico de buena exclusivamente porque logró mantenerme interesada hasta el final; la terminé en una tarde. Aunque en general las novelas con componentes sado no son de mis preferidas, en esta historia dichas escenas están justificadas por la necesidad de romper las barreras de convencionalismo de la protagonista, lo que increíblemente le da un toque de romanticismo al sopesar todo el esfuerzo y despliegue que, a su vez, realizó el protagonista para lograr su aceptación. Lo que no logró convencerme fue la inútil caracterización de personajes hombres-lobo, absolutamente innecesaria; el relato no ganaba nada pues la historia podría haber transcurrido exactamente igual con seres humanos comunes y corrientes. Por el contrario, creo que pierde pues la autora no dedicó ni siquiera un párrafo para contextualizar de dónde salían estos seres sobrenaturales que, más encima, eran considerados como cualquier otra persona, casi como: -"Hola, te presento a mi pareja, es un hombre lobo". -Ahh, qué interesante, y qué más me cuentas de tu vida..." Para pasar el rato.