Para el viajero sin destino, la vida es sólo un iaje del que ni siquiera la muerte delimita las ronteras.omos, todo lo demás es puro acaecer,mera experiencia, y ni siquiera existe una frontraierta que separe lo que somos, de las cosasque percibimos al transitar la vida. Tampoco exite unás allá, un antes y un después. El viajeempieza y acaba aquí y ahora, en este preciso luar y enste instante, y sin embargo, no hay niexistirá jamás concepto de la realidad alguno qu delimiteus fronteras. En este libro de reatos, Moncho Dicenta nos hace viajar más allá decualquier realidad conceptualosible. Sus persnajes van y vienen sin limitación alguna de espaio, tiempo o territorio, discurrenor abruptossenderos de mundos improbables, traspasan las frnteras de los sueños, en suagar errático, se ropiezan los unos con los otros, como tienen la nveterada costumbre de caminar solas, se distncian, como, en realidad, las distancias no exisen, se reencuentran, como arribanor caminos dferentes, se relatan sus respectivas experiencia y prosiguen su viaje interminable. Yl fi nal resulta que si somos, es tan sólo porque existeel devenir de nuestro viaje, de no ser por susnagotables contingencias, ni siquiera gozaríamosdel don de la existencia.