Este curioso y divertido libro de A. R. Almodóvar contiene sus versiones de cuentos populares eróticos. Había gozado hasta ahora de una existencia semiclandestina, a la que el propio autor lo condenó, por remedar en algo la propia naturaleza del género, que solo salía a flote en la hora más íntima de la tertulia campesina. Era entonces, en el secreto de sus burlas a la cultura oficial, cuando nuestros braceros se soltaban la lengua y manifestaban libremente lo que les parecía la más íntima vida de curas, frailes y monjas, obligados a mantener un celibato en el que el pueblo llano nunca creyó. Ni que decir tiene que estos cuentos nunca se dieron a la estampa, salvo en colecciones etnográficas o minoritarias, ajenas por lo general a una más que llamativa circunstancia: que todos los cuentos españoles de esta encendida materia se refieren a las andanzas inconfesables del clero, sin excepción.