Entre 1851 y 1852, el gobierno del Restaurador llega a su fin. El corazón de Buenos Aires es Palermo, donde Juan Manuel de Rosas dirige hasta los deseos de su hija Manuelita mientras resiste los embates de una oposición cada vez más organizada. En La Inglesa, la estancia de los Evans, palpita otro país: el de la cría de mansas ovejas, el de un corazón unitario que participa secretamente en la resistencia, el de la convivencia armónica entre criados y patrones, el de un amor que no puede ser dicho y que deberá, como la patria, tomar otro destino.
Pablo Evans renuncia a sus sueños para sostener la estancia familiar, pero no renuncia al sueño de luchar por la patria que quiere. A su lado, Magdalena, una hermosa mulata de ojos claros, criada por los Evans como si fuera una hija más, enfrentará a los Colorados del Monte, desafiará todas las convenciones de la época y encontrará, casi por sorpresa, su verdadero amor. En su travesía, irá develando su verdadero origen.