Miles Ryan es el ayudante del sheriff en el condado de New Bern, Carolina del Norte. Vive junto a su hijo Jonah, de siete años de edad, al que se dedica en cuerpo y alma desde la trágica muerte de su esposa, víctima de un accidente de tráfico. Una entrevista con Sarah, la profesora de Jonah pone en alerta a Miles sobre el retraso escolar que sufre el pequeño, por lo que convence a Sarah para que le de clases particulares durante algún tiempo.
Sarah es una mujer divorciada pero no está cerrada al amor y sabe que Miles siente algo muy especial por ella, sin embargo, la sombra de Missy, la esposa de Miles y la obsesión de éste por dar con la identidad de su asesino complican mucho la relación que se establece entre ellos.
Esta historia está narrada de una forma muy original, ya que además de un narrador omnisciente, que nos relata la historia en tercera persona, se intercalan algunos capítulos en los que el culpable de la muerte de Missy, la mujer de Miles. nos aportará más detalles sobre ese fatídico día. Por tanto, desde el principio sabremos que el culpable está vivo, libre, pero ¿qué habrá sido de Miles, Jonah y Sarah ? Para saberlo, habrá que leer la historia.
Uno de los motivos por los que me ha gustado tanto esta novela es por el hecho de que ha logrado que me meta en la piel de los protagonistas e incluso del asesino, sintiendo su dolor y también sus miedos y ha hecho que me debata en cuál hubiera sido la forma correcta de actuar en cada una de las situaciones que se presentan.
Quizás la trama no sea muy diferente a la de otras obras de este autor, pero nuevamente ha conseguido emocionarme con una historia cargada de ternura y un toque de misterio.
hace 6 años
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