Algo extraño ocurre en la Biblioteca Nacional. Los robos de libros antiguos se suceden, pero algunas de esas sustracciones son demasiado insólitas como para que pasen desapercibidas. ¿Qué buscan los ladrones? ¿Quién ha encargado esos robos? También en el siglo XVI alguien encargó el robo de un valioso libro. «Una leyenda asegura que Dios reveló a un rabino el reto de la creación» afirma un crédulo Felipe II a su fiel agente secreto Bernardino de Mendoza, a quien ordena que le consiga el Libro de Dios, tres láminas de oro en las que se recoge la fórmula alquímica para crear golems, unos seres animados de origen artificial muy presentes en la mitología judía. Cuatro siglos después, en una sala de subastas de Madrid, un hombre y una mujer pujan por conseguir un raro ejemplar de un libro escrito por un alquimista cordobés en el siglo XVI. A la salida de la subasta, Julián Castilla, periodista de El País, se acerca a la mujer con la intención de concertar una entrevista con ella para un artículo sobre las inversiones de capital en arte. Sin embargo, la mujer aparece asesinada al día siguiente. Poco después, el periodista será testigo de nuevos crímenes, en cuya investigación tendrá que recurrir a sus amplios conocimientos históricos y viajar hasta Praga y Jerusalén. Su pesimista determinación se verá compensada por una insólita alianza y el deseo de disfrutar de los placeres de la vida.