Zilina, Eslovaquia, es el lugar en el que nos traslada la acción de la novela, en la que se entremezcla historia y leyenda, pasado y presente, y a donde la protagonista de la narración, la abogada Mila Danieli, se dirige para cumplir un encargo de su despacho, realizar el seguimiento de una herencia. Todo comienza con el hallazgo de unos cadáveres, a partir de lo cual Mila se verá envuelta accidentalmente en una trama en la que confluyen todo tipo de peligros y escenarios macabros posibles, y cuyos móviles no se resolverán prácticamente, hasta el final. A este suspense hay que añadir un contexto histórico, como los vestigios del nazismo representados en la Guardia Hlinka, las SS eslovacas. Además la investigación del caso nos llevará a conocer la leyenda de Erzsébet Báthory, una noble de la región que vivió a finales del siglo XVI, de quién se dice era la versión femenina de Drácula. Es una novela entretenida en conjunto, si bien en la forma y contenido podría haber sido mejor, de haber contado con menos detalles innecesarios para el desarrollo fluido de la trama principal. En cuanto al estilo, salvando las diferencias, a los que disfrutaron leyendo las novelas de intriga de Matilde Asensi o Julia Navarro, ésta podría gustarles igualmente. (Dolors Martínez)
hace 12 años