“He regresado cojonudo, por fin libre, casi etéreo. He echado una ojeada alrededor de la mesa con indolencia. No he aceptado el chupito normando que me ofrecían. La Normandía empezaba a tocarme los huevos de verdad. Quería París y mi piso en La Butte de Montmartre. Un bar oscuro y una turista holand...