La poesía elegante y meditativa de José Carlos Llop adquiere aquí, como ya anuncia su título, una luminosidad espectral y melancólica, una sobriedad helénica. Además de la literatura, las ciudades y la memoria, motivos recurrentes en su poesía, Llop indaga aquí en el mediterráneo como espacio esencial de su universo poético. El agua, la luz, Cavafis, Durrell, las islas y la figura de la madre son algunos de los protagonistas de estos poemas transidos de sabiduría, bellos como una mañana de septiembre.