Te quedas sin… salir, sin paga, sin móvil, sin Wii, sin play, sin DS, sin messenger, sin ordenador, sin fútbol, sin baile… Ya no sabemos qué inventar para que nuestros hijos cumplan sus obligaciones (mínimas, por cierto): que hagan los deberes, que se duchen, que sean puntuales, que no contesten mal, y un largo etc. Es el castigo de moda pero la mayoría de padres se quejan de que ya ni esto funciona, y reconocen que ya no saben qué hacer para que sus hijos reaccionen. Pero ¿es educativo? ¿Y efectivo? La disciplina es necesaria, pero no debe asentarse en el miedo del hijo: se debe favorecer la reflexión y la comunicación como vías para conocer el motivo y el alcance de la falta, al tiempo que se orienta sobre cuál ha de ser la acción correcta, para que el hijo recapacite y aprenda a conducir por sí mismo su propia vida.