A lo largo de la historia, la mujer madrileña no se ha parecido a otro tipo de mujer. Ya fuera manola, chispera, maja o chulapona, ya se empleara como modistilla, aguadora, lavandera, castañera o cigarrera, respondía al perfil de la hembra de mirada altiva, ojos penetrantes, lágrima fácil, honesta,...