Salve, oh, Atón, tú que apareces resplandeciente en el cielo. Yo, Mutnodjemet, esclava, sacerdotisa, prostituta y reina, he practicado tu fe en secreto y nunca he dejado de adorarte. Hoy me postro ante ti para pedir que, en tu reino, me concedas reunirme con mi hermana. La que debe ser olvidada. La...