Ella le enseña a escuchar y sentir el mundo que les rodea. Él le descubre cómo imaginar lo que jamás podrá ver… Keir es para Marianne solo una voz: una voz masculina, profunda, que le recuerda el buen chocolate negro, ese tan sabroso, casi afrutado, pero con un toque amargo. Luego es una sensación:...