Porque todo comenzara así: un hombre que tiene por costumbre visitar a sus nuevos vecinos llega a la casa de una anciana absolutamente desconocida. El mismo no sabe, hasta que llama a la puerta, que ha decidido matarla.
El rumor de que en Crantock ocurría algo que escapaba a la razón y a la naturaleza siempre se mantuvo vivo entre sus habitantes. Pero era tan apacible y generosa la vida en aquel lejano valle del sur, que nada hacía esperar el curioso final que tuvo el pueblo de Crantock, esa horrenda tarde de enero...
«...Pero lo que más me perturbaba era el recuerdo de ese beso que, no sabía por qué, me había provocado semejante repugnancia. Todo lo que me parecía puro y hermoso de ella, de repente se había desvanecido, y sólo quedaba ese recuerdo, esa horrible sensación en la oscuridad, con su cabeza en mis man...