Como todas las novelas de la época victoriana, sorprende ese argumento tan simple (suplantar la identidad del criado fallecido...); pero hay que ponerse en la época, para entenderlo. La novela se deja leer con agrado, con una narrativa espléndida y una idea argumental curiosa; ojo, con esa narrativa victoriana que a veces irrita por su simplismo y que, a veces, consigue que esbocemos una sonrisa. La historia que nos cuenta (Priam Farll/Henry Leek, Alice...) es tan absurda que hasta nos agrada. Yo pienso que la literatura de esa época victoriana ha envejecido mal; me cuesta leerla, aunque esta novela es muy corta y se lee con gusto.
hace 1 año