Todas las mañanas, Nicola Gamurra, un escritor de ochenta y dos años, planta su silla de playa frente al mar y observa los elegantes movimientos de Lu, una joven que cada día se desliza en su canoa por la superficie del agua. Tiene la misma edad de la madre de Nicola cuando su padre se enamoró de ella y, aunque no guardan ningún parecido, el anciano no puede evitar mirarla sin pensar en ella.
Este es el punto de partida de una historia tierna y delicada en la que Domenico Starnone nos abre de nuevo una ventana a los entresijos de las emociones y nos lleva de atardeceres marítimos a la infancia del protagonista, al taller de costura materno y a la vida de Lu, en un libro sorprendente sobre la vejez y la escritura lleno de erotismo, de sutileza y de crueldad.