Nuestras responsabilidades empiezan en los sueños, afirmaba Yeats. "Las tierras del sueño son tan ilimitadas que si un hombre al trote se largara por ellas no le alcanzarían todas las noches de una vida para cruzarlas", dice uno de los personajes de esta historia. Una mañana don Urbano Pedernera, un ex comandante devenido juez de paz de Malihuel, ordena la detención de Rosendo Villalba porque había soñado que lo ofendía. Atribulado primero, enardecido después, noche tras noche sueña con las faltas que cometen los habitantes de ese pueblo fronterizo de la pampa, a los que va ajusticiando con poder omnímodo y despótico. El destino de las personas no se encuentra en la vigilia, sino en lo que realicen cada noche en los sueños del señor juez.