Garion y sus amigos continúan persiguiendo a la malvada hechicera Zandramas, pero caen en manos del emperador de Mallorea, Zakath, quien, aunque los trata con amabilidad, los retiene prisioneros en Cthol Murgos. Alguien intenta envenenar al emperador, mas Belgarath lo salva gracias a la flor milagrosa. Después de varias tentativas, Garion logra convencer a Zakath de que abandone Cthol Murgos y regrese a Mallorea, donde una horda de demonios está devastando los reinos de Karanda. Una vez en Mal Zeth, capital de Mallorea, la vidente Cyradis les indica que deben ir a Ashaba inmediatamente. Sin embargo, Kal Zakath se niega a dejarlos marchar. Además, se desata una epidemia en Mal Zeth y se cierran las puertas de la ciudad. Por fin consiguen escapar por un pasadizo secreto, y cuando llegan a Ashaba, la antigua casa de Torak, descubren que Urvon ha enloquecido bajo la influencia de Nahaz, el Señor de los Demonios, y cree que es un Dios.