Se trata de una novela no muy extensa, que se lee fácilmente. En ella, mediante un estilo descriptivo repleto de simbolismos y detalles cotidianos, Fitzgerald recrea el ambiente de la alta sociedad norteamericana de los años 20 del pasado siglo XX.
El narrador de la historia es Nick Carraway, nexo de unión de Gatsby y el resto de personajes principales de la novela. Tal y como el mismo lo vivió, en primera persona, Carraway nos descubre paulatinamente el modo de vida y la enigmática personalidad de Gatsby en el tiempo que compartieron.
El relato transcurre en el año 1922, en época de bonanza económica, especialmente para EEUU, que tras la Gran Guerra y con los recursos de media Europa diezmados, es el país con mayor movimiento de capital.
En este contexto de opulencia viven los protagonistas de la citada novela, si bien unos son más ricos que otros. Los hay ricos por herencia (por naturaleza), mientras hay quien se ha hecho rico por medio de trabajar en la banca o en negocios más o menos lícitos donde se mueve gran cantidad de dinero. El contraste ante estos dos mundos se hace evidente a medida que se avanza en la lectura.
Será que mis expectativas eran muy bajas, pero me ha parecido una lectura interesante, en la que el autor estadounidense consigue plasmar de una manera notable, sin llegar a ser obra maestra, una sociedad vulgar, superficial, ficticia, sobrepasada, que vive por el goce del momento en un universo de ensueño, aunque inestable, gracias al dinero.
El “pero” que le pondría es la falta de emoción, ya que la trama apenas alcanza intensidad hasta los últimos capítulos, además de que la figura de Gatsby, un hombre hecho a sí mismo, con sus fortalezas y debilidades, puede decepcionar por el modo de actuar. Recomendable, pero con ciertas reservas.
hace 11 años
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