Acabo de terminar esta maravillosa trilogía y no puedo decir más que es perfecta. La calidad narrativa de Marie Rutkoski es asombrosa, sobre todo cuando traspasa los sentimientos y emociones de sus personajes. Todos evolucionaron muy bien a lo largo de los tres libros, principalmente Arin, que de esclavo se convirtió en un líder a toda regla (las “conversaciones” con su dios las encontré exquisitas), reconocido incluso por los aliados que consiguió para la lucha por la libertad de su pueblo. Roshar, el príncipe dacraniano es otro personaje del cual me enamoré. Y en paralelo a la delicadeza con la que la autora perfila a sus complejos personajes, también nos abruma con las descripciones de batallas y conspiraciones, logrando que el interés por la lectura no decaiga en ningún momento. Lo mismo hace con un recurso argumental que encontré muy original para mantener la tensión respecto del futuro de la pareja principal, Kestrel y Arin, hasta pasada la mitad del libro. Un final esperanzador y sanador es la mejor forma de describir el cierre, bellísimo.
hace 7 años