Son muchos los libros que despiertan un sentimiento de admiración en el lector, pero pocos los que representan una llamada a la gratitud. Sé, no obstante, que «¿De qué va el amor»? es (será) uno de ellos.
Marita Osés escribe en un tono tan sosegado y cálido que invita a quedarse entre sus palabras, a cerrar los ojos y a reflexionar sobre cada uno de sus consejos y enseñanzas -todas certeras-, porque nos alcanzan en la mente y el corazón.
Cuando mejor nos vemos es al cerrar los ojos, cuando volvemos la vista hacia nosotros mismos sabemos de nuestro dolor y de nuestras carencias, del respeto que no nos hemos dado y del tiempo que aún queda por ganar. Porque el amor va, entre otras cosas, de recuperarnos y de sanar nuestras propias heridas, de asumir el pasado y de vencer las dependencias. En este sentido, rescato una frase de la autora, que, al menos de vez en cuando, deberíamos repasar: «La persona que espera que los demás velen por él, se ha quedado en la infancia». Pero cuando alcanzamos la madurez interior, hemos dado el primer paso para amarnos, y a partir de entonces, sólo a partir de entonces, podremos dar amor.
La vida en pareja no es sencilla, la propia Marita es consciente. A nuestro compañero de viaje debemos dirigir las miradas más comprensivas y profundas, las del alma; pero este detalle no nos pone sobre la pista de un volumen melancólico y sembrado de añoranzas, estamos ante una clase magistral y a la vez humilde sobre cómo entender una vida en común, construirla, reconstruirla o abandonarla causando los menores estragos.
«¿De qué va el amor?» es una explicación pausada, sincera, profunda, racional y razonada sobre cómo tratarnos a nosotros mismos y a los demás; es un texto que nos invita a entendernos, puesto que sólo así entenderemos al otro.
De manera que gracias, Marita.
Por mi parte, sólo me queda recomendar la lectura de una de esas obras que hacen de nuestra propia vida un lugar mejor. (Jorge Juan Trujillo, 8 de mayo de 2020)