Dado el despliegue mediático de esta novela y, por supuesto, ad portas de su versión cinematográfica, quise hacerme una opinión propia de la lluvia de críticas tanto positivas como negativas. Así, sin más preámbulo el libro comienza con el encuentro de los dos personajes principales y por fin entiendo la similitud que muchos lectores hacen con Crepúsculo: además de que el señor Grey es increíblemente rico e increíblemente atractivo (y adoptado), luego de tirarle el anzuelo a una inocente Anastasia que se anda tropezando con todo lo que encuentra (hasta con sus propios pies), y luego de salvarla de un “accidente de tráfico” inminente, le advierte que él no es un hombre para ella ¿?
Pero dejando a un lado la ironía, dejando de lado si las escenas son creíbles no, dejando de lado el valor literario del libro, y centrándome exclusivamente en el género en el que está inserto, que en esencia corresponde a literatura romántica (sí, por más componentes sado que tenga, es una historia de amor)… el libro se queda corto. Personalmente considero que una de las gracias de la novela romántica son las emociones y sensaciones que logra generar en las escenas íntimas que, en manos de un buen escritor o escritora y en conjunto con una historia de fondo y ambientación atractivas, se pueden lograr tanto desde una simple mirada hasta las más tórridas experiencias eróticas. “50 sombras de Grey” no me provocó ese nivel de emoción, por el contrario, fue una lectura más bien plana independiente del tipo de escena (sólo destaco las conversaciones por e-mail, lo mejor logrado). Quizá se deba a que me gusta el género y he leído a muchos de sus autores, de los que E. L. James tiene harto que aprender.
Quiero aclarar que tampoco considero que la historia sea maaala!, sólo está mal escrita, por lo que simplemente no entusiasma, pero tampoco es que desagrade.
hace 10 años
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