Para el Dalai Lama el reto más importante al que nos enfrentamos en el siglo XXI es el de cultivar la coexistencia pacífica. Su objetivo es contribuir al diálogo interreligioso y a la paz, así como fomentar la comprensión entre las distintas religiones, haciendo hincapié en las aportaciones que cada una de ellas hacen a la espiritualidad humana con el fin de evitar el problema del exclusivismo religioso.