Tres relatos en los que la presencia de lo extraño y horrible acaba por imponer su ley a unas situaciones en apariencia cotidianas.
Aquel niño que un día decidió que quería ser músico, o al menos vivir de la música , pudo comprobar, 35 años después, que no solo había logrado lo que se propuso, sino que había llegado mucho más lejos de lo que nunca soñó. En esos 35 años Paco Martín subió desde el primer peldaño de la escalera has...