No cabe duda de que Andalucía es la tierra del toro por excelencia, donde colores y olores, el clima y la luminosidad, los campos y los cortijos, aderezan la fiesta.
Por sus páginas desfilan los avatares de esta época de la historia rondeña, la política seguida, las sequías, las inundaciones, el problema económico con el paro y los alojaos, todo ello relatado en un tono ameno.