A seis semanas de su reelección, George W. Bush se enfrenta al más estremecedor chantaje terrorista. Un selecto grupo de extremistas, dirigidos por un Bin Laden oculto en las montañas de Waziristán, ha conseguido introducir en la ciudad de Nueva York una bomba nuclear de veinticinco kilotones. Los terroristas han anunciado que la harán estallar a no ser que el presidente de Estados Unidos obligue a los israelíes a retirarse de los territorios palestinos ocupados desde la guerra de 1967. Si intentan evacuar a los doce millones de neoyorquinos, la bomba estallará. Junto con su consejera Condoleezza Rice y el alcalde de Nueva York, Michael Bloomberg, el presidente deberá buscar la manera de evitar la catástrofe nuclear y resolver la crisis, pero ¿cómo hacerlo? Y si Ariel Sharon rehúsa evacuar a los colonos, ¿cómo podrá presionarle Bush sin provocar una guerra contra Israel? La única salida es encontrar la bomba. ¿Es posible salvar a Nueva York de una explosión nuclear terrorista?