“Pura vida será el epitafio de este país, dice uno de los personajes deesta novela, un gringo pasado de peso que luce un tatuaje de la Virgen de Los Ángeles y lleva el nombre de William Walker. Sus páginas discurren como un agitado sueño en un lugar donde los aristócratas –habiendo logrado una fórmula para la inmortalidad–extienden su poder a través de los siglos y se rinde tributo a un héroecon tendencias piromaníacas. Entre tanto, las estatuas cobran vida para desmentir la historia de los vivos, los perros marchan a la guerra, los gatos recuperan su sitio entre los dioses y un hombre, afectado porla melancolía de un pasado cada segundo más lejano, decide abandonarse al curso irrevocable de su propio destino. La literatura de Bernabé Berrocal es inquietante y perturbadora como lo leímos en su primer libro, Hombre hormiga. En Archosaurio el autor se vale de la memoria para convertirla en un arma de destrucción masiva que camina por la cuerda floja entre ficción histórica y la más hiriente sátira moderna.” –Warren Ulloa-Argüello.