Corre el año 824 d. C. El ermitaño Paio, el obispo Teodomiro y su ayudante Martín de Bilibio hallan una tumba cuyos restos, aseguran, pertenecen a Santiago Apóstol. Crean así, cerca de la tierra del fin del mundo, el Lugar Santo Jacobeo para atraer a la cristiandad. Dos siglos después, una joven nob...