SOLO QUEDAN TRENES DE IDA TUDELA, LUCÍA

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Resumen

Estoy viendo las vías del tren enfrente de mí y mi corazón piensa, me chilla, me desgarra: “Tírate”. Veo la gente pasar por mi lado y presiento que si mi vida se va, la suya no va a detenerse, ni siquiera va a terminar. Levanto la cabeza y veo que el tren no tardará en llegar, tengo que darme prisa. Me levanto y doy un paso al frente, ahora mi vida sólo depende de mi mente, que al contrario que mi corazón, me chilla: “Quédate”. Siento cómo los segundos se convierten en horas, y sólo deseo acabar. Decir adiós. Continúo avanzando y me siento en el borde de las vías. Creo que definitivamente ha llegado el final. Levanto los brazos, deseando que me salgan alas para poder volar y finalmente digo adiós. Digo adiós a las tristezas, a las heridas, a los recuerdos que permanecen sin querer irse, a todas aquellas personas que se desviaron de mi camino cuando caminaban conmigo, digo adiós a los pensamientos que no me dejan dormir y a las cicatrices que tengo como marcas de guerra: una guerra contra mí misma, aunque ellas siempre van a vivir conmigo. Le digo adiós a mi yo de antes y me levanto. Me levanto para subirme en ese vagón, en ese tren y buscar un destino, un viaje únicamente de ida, sin vuelta.