El siglo XXI será el siglo del diálogo o no será. Esta es la convicción que lleva a José Enrique Ruiz-Domènec a leernos el testimonio vital y la obra de veintiún historiadores, a los que considera el auténtico humus de la historia venidera. Personajes famosos (Duby, Said, Furet, Cardini, Schama), marxistas convencidos (Hobsbawm), pensadores de la modernidad (Blumenberg, Toulmin, Koselleck), teóricos de la narración (White, Natalie Zemon Davis), brillantes eruditos (Jacqueline de Romilly, Riquer, Borst, Baroja), osados renovadores (Veyne, Lotman, Greenblatt, Spiegel) y hombres sabios (Gumilev, Tuan) son esos Rostros de la historia, una lectura interpretativa de las diferentes corrientes historiográficas de los últimos cuarenta años, atendiendo al hombre que transmite las ideas. Breves semblanzas permiten enlazar los sentimientos, los miedos y el azar con el duro oficio de conocer el pasado. Enfrente está un autor que deja hablar, y cuyo silencio es un gesto no tanto de humildad como de sabiduría, un gesto aprendido de la manera que tienen las mujeres de ver el mundo.