Marcella Olschki escribió solo dos obras en su vida – “Una postal de 1939” y “Oh, América” – pero le valieron para obtener reconocimiento como escritora. Ambas obras tienen carácter autobiográfico, narrando “Oh, América” su vida en Estados Unidos, a donde llegó en 1946 para encontrarse con su marido, un oficial estadounidense con el que contrajo matrimonio al final de la Segunda Guerra Mundial. Marcella era una mujer curiosa y culta que emprendió el viaje en un barco con otras mujeres en su misma situación. Un viaje marcado por la esperanza y la ilusión. Sin embargo, a su llegada Marcella se da cuenta de que su futuro no iba a ser tan feliz y placentero como esperaba. El relato de Olschki, que comienza de manera muy positiva, pronto empieza a estar marcado por la incertidumbre y lleno de claroscuros. De cualquier forma, buena parte del discurso está marcado por la nostalgia. La autora habla de todo lo vivido en las diferentes partes del país en las que vivió – Nueva York y San Francisco principalmente – incidiendo en las particularidades de cada lugar, la forma de vida, cultura, etc. Una lectura llena de encanto.
hace 6 años