La posguerra europea de mediados del siglo XX debió de ser la edad de oro de los corresponsales norteamericanos en Europa, entendiendo por tal Roma, París y Londres. La cantidad de literatura y periodismo que se produjo en lugares como el bar del hotel Ritz de París o la barra del Excelsior en la mítica Vía Veneto romana es abrumadora. Así, los Ernest Hemingmay y los Tom Bradley, editor de The Washington Post durante el caso Watergate, vivieron la dolce vita periodística entre vapores etílicos como corresponsales de distintos medios americanos. Enlazando con esta tradición, Tom Rachman construye su primera novela, solo que esta vez los corresponsales escriben para un ficticio diario americano en Roma y sus vidas personales componen un retrato fresco y atribulado de una redacción a la antigua en vías de extinción ante el empuje de las nuevas tecnologías. Una lectura amena e interesante. (Gloria Magro)
hace 14 años