En la Francia del siglo XIV, una joven de la aldea montañesa de Montaillou fue acusada de herejía por la Inquisición Católica. Su nombre era Grazida Lizier y, según confesó, su "alegría era compartida" con el hombre equivocado: el párroco de la aldea. Un relato espeluznante de persecución, de deseos...