Un apartado pueblo de montaña pueder ser el lugar ideal para una vida retirada o un infierno asfixiante. La tendera de un modesto comercio rural puede representar la promesa de un amor de ensueño o la amenaza de una interminable pesadilla. Todo es posible en esta novela de Ramón Acín donde la memoria es tan escurridiza como la verdad, y donde la ficción compone un juego de espejos tan inquietante como sorprendente.