Una novela narrada en primera persona que reproduce de modo pionero el flujo de la conciencia, con toda su espontaneidad y contradicciones, antes de de que James Joyce hiciera lo propio en Ulises. Además lo hace de modo más ameno y no tan hermético. La leí por primera vez porque Henry Miller siempre la mencionaba como una de sus influencias fundamentales y desde entonces la he releído un par de veces más. Y siempre me deja fascinado su surrealista sentido del humor y la contradictoria personalidad del protagonista; sus peripecias para sobrevivir, así como su quijotesca lucha para lograr su sueño de elevarse por encima de las comodidades burguesas y, considerándose un artista, convertirse algún día en escritor. Más que kafkiana, es una novela existencialista, una novela en la que afloran las contradicciones ocultas, los meandros y autoengaños en los que incurre el alma humana descubiertos por el psicoanálisis, y en la que se exploran los limites de la cordura, pero también los resortes que operan en un individuo a la hora de perseverar en pos de sus ideales, sobrellevando situaciones de absoluto desvalimiento y soledad. Una novela imprescindible, en definitiva, y un pilar fundamental -aunque casi olvidado- de la literatura moderna.
hace 2 años