Pecador. Villano. Maldito. El príncipe de la Envidia nunca ha fingido ser un santo. Pero cuando una nota críptica señala el comienzo de un juego mortal, sabe que hará falta más que una pizca de pecado para ganar y salvar a su corte demoniaca de la caída. Acertijos, objetos hechizados, competido...