La ropa de los pocos niños que juegan en las calles de Lanca ya no huele a humo. La eterna neblina de la comarca tan solo es ya un recuerdo. Castilletes cerrados, minas abandonadas? Eso es todo lo que ha quedado: el vacío y las quiebras. Pero una mañana la alcaldesa aparece ahorcada en las escaleras...