Los dos niños se detuvieron y miraron a su alrededor. Aquel silencio no presagiaba nada bueno. Pasaron unos segundos y sonó un fuerte chasquido. Alguien, o algo, había roto una rama. Los dos amigos palidecieron. Si se trataba de un animal, debía de ser enorme. El corazón les golpeaba con fuerza cont...