Julio Cabria, detective y ludópata empedernido, se sienta en la cornisa de la fachada de su despacho de la calle Doctor Cortezo, en el madrileño barrio de Tirso de Molina. Acostado en el borde, se va a suicidar dejándose rodar al vacío: un salto enérgico hacia la muerte le parece inadecuado a su est...