Me esperaba una placentera jornada de trabajo… pero mientras me dirigía hacia el Eco del Roedor me fijé en un tipo, o más bien, en un ratón, con gafas oscuras, que me seguía… ¡Qué extraño! Permaneció todo el día delante de mi oficina… ¡Qué extraño! Y por la tarde, cuando salí del periódico me siguió...