En Pirineos, tristes montes, como si de un coro trágico se tratara, Severino Pallaruelo deja que suenen distintas voces: la de dos truferos que compiten por el preciado hongo subterráneo, la de los solterones Tonito y Ramón, a quienes les han espantado las novias sus respectivas madres, o la de la d...