Años cincuenta. Ser el principal sospechoso de haber hundido el cráneo a un exsecretario de la Falange con un candelabro, no es ni lo peor ni lo más raro que le sucede a Cristóbal, un niño que solo tiene trece años. En seguida el lector se sentirá irremediablemente atrapado por un personaje cuya e...