¡Tres, dos, uno... vamos! Caída libre. En ese momento vi cómo el suelo se acercaba a una velocidad trepidante... Cuatro segundos después, al abrir el paracaídas, un golpe de viento hizo que la autora de este libro se estrellara contra la pared del Peñón de Ifach, a ciento cincuenta metros de altura,...