España sufre una enfermedad política cuyo peor síntoma es el exceso de crispación, una patología que provoca en los ciudadanos anticuerpos de rechazo, desconfianza y absentismo. ¿Cuál es el origen de este mal y qué agentes infecciosos lo contagian? ¿Existen síndromes análogos en los países de nuestr...